Poster de Muere otro día

Críticas Muere otro día (2002)

Desde Hong Kong hasta Cuba y Londres, el agente 007 sigue la pista de Zao, el hijo del pacifista coronel Moon del ejército norcoreano. El MI6 teme que los planes de Zao amenacen la estabilidad global, y estas preocupaciones se confirman cuando Bond descubre que Zao planea unificar los ejércitos de ambas Coreas para atacar Japón y desafiar a los Estados Unidos. Tras ser capturado y torturado por Zao, Bond logra escapar y llega a Londres, donde descubre que Gustav Graves, un enigmático millonario asociado con Zao, representa una gran amenaza mundial al haber fabricado un satélite capaz de dirigir la luz solar a su antojo.

Mick LaSalle San Francisco Chronicle

Le falta algo especial. Esta es una característica que ha definido algunas de las más destacadas de las primeras 19 películas de Bond: el absurdo extravagante.

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