Es una película que, aunque sigue una fórmula familiar, logra ofrecer momentos emocionales satisfactorios. La tensión de las persecuciones es palpable y las frases de Arnie aportan ese toque mordaz que todos esperan.
Es un entretenimiento increíble y contagioso, acompañado de una banda sonora llena de energía que hace que todos los involucrados se fusionen con ese ambiente.
Es una de las mejores películas de Sean Connery en el papel de Bond. Ofrece uno de los villanos más intrigantes y Lewis Gilbert logra mantener un ritmo constante a lo largo de la historia.