'Lyle, Lyle, Crocodile' posee un ritmo ágil y un toque caprichoso que resulta completamente contagioso al inicio. Sin embargo, este impulso se desvanece abruptamente.
En lugar de cuestionar las suposiciones, explorar las implicaciones o debatir las difíciles cuestiones que aquí se plantean, Holt se limita a explotar el material en busca de conmoción y morbo.
El contexto del ascenso de Hudson en el mundo de los estudios a comienzos de los 50 es escaso y superficial, y sus esfuerzos por dar forma a una narración coherente de la carrera de Hudson dan lugar a afirmaciones dudosas.
Los admiradores encontrarán aquí mucho interés, ya que Salles, escrupulosamente autocrítica, permite a Jia la latitud para pensar y hablar a su antojo.
El contagioso brío de la película es un testimonio de las interpretaciones del conjunto del reparto, pero especialmente de Duris y Efira, cuya química es magnética
La estructura de 'Dragon Ball' puede parecer cíclica y habitual, pero resulta asombroso cuán placentero y satisfactorio puede llegar a ser este modelo.
Es la primera entrega de la franquicia que logra funcionar completamente, ya que las cuatro secciones distintas, situadas en los años 90, resultan ser muy satisfactorias.
Hay tantas cosas escondidas más allá de la superficie. Consigue humanizar el drama y la política del Macartismo al mismo tiempo que la transforma en algo casi surrealista.