No es el mejor trabajo de Woody Allen, pero esta obra de época presenta un guion ingenioso que, aunque no logra convencer por completo, aporta momentos interesantes.
La sutileza brilla por su ausencia en el debut de Maysaloun Hamoud, pero sus reflexiones sobre la condición de la mujer en la sociedad árabe-israelí son valiosas.
A pesar de su dependencia en la casualidad y en algunos elementos artificiales, este ingenioso thriller mantiene su misterio hasta el final y se revela como un digno homenaje a la trayectoria de Fritz Lang en la industria cinematográfica de Hollywood.
La trama resulta bastante predecible. Sin embargo, la escena del banco es sorprendentemente impactante y los esfuerzos de Ledger por seducir a Rose Byrne son divertidamente torpes.
Una película sorprendentemente moral e irónica, que es realmente fascinante al ser comparada con otras obras del director que abordan el machismo, como 'Jamón, Jamón' y 'Huevos de oro'.
Walter Hill ha logrado una adaptación interesante de la novela de Desmond Bagley, aunque Huston no transmite suficiente convicción en la ejecución de su ingenioso montaje, las escapadas creativas y el desenlace en Malta.
La dirección implacable de Martin Ritt y la sombría fotografía en blanco y negro de Oswald Morris convierten esta película en una de las más genuinas sobre la Guerra Fría, destacándose como una de las más memorables en su género.
John Gielgud puede no ser el héroe clásico que esperaría de Hitchcock y algunos críticos de su época señalaron su falta de destrezas. Sin embargo, su actuación es sorprendentemente efectiva en este fascinante thriller.
Controlado con diligencia e impecablemente interpretado, este thriller astutamente complicado mantiene al protagonista y al espectador haciendo suposiciones hasta el cínico y hábil clímax.
De vez en cuando, logra ser divertida y emotiva. El director hace que el humor se asemeje al de una sitcom, mientras que el drama toma un giro telenovelesco.
Es un estudio sensible del duelo y la asimilación cultural, además de abordar el secretismo. La dirección es excepcional, con una fotografía y un ritmo que logran captar la atención del espectador.