El 'true crime' se ha transformado en un símbolo de mercantilización del trauma. Sin embargo, este drama se resiste a centrarse en el asesino y mantiene siempre presente la memoria de sus víctimas.
El acento irlandés de Ruth Wilson se encuentra atrapado en los estereotipos de este drama. Es probable que sea del agrado del público estadounidense, pero para los espectadores irlandeses resulta difícil de soportar.
Ni un desastre ni una película que nadie en su sano juicio admitiría ver, 'Harry y Meghan' coge de algún modo un escenario potencialmente ridículo y lo convierte en literatura pesada.
Olivia Colman brilla con intensidad en esta tercera temporada, sin embargo, parece que la joya de la corona de Netflix ha perdido algo de su esplendor. Aunque sigue siendo una de las series más bellas de la televisión, su regreso no tiene la misma energía que antes.
Un aplauso para esta serie de fantasía que demuestra que el género puede ser entretenido, con una comedia audaz que presenta a héroes valientes, malvados aterradores y diálogos chispeantes.
Alaqua Cox ofrece una actuación sólida, pero esta entrega resulta ser otra decepcionante adición a un universo de superhéroes que previamente estableció los estándares del género.
John Mulaney intenta revivir el talk show nocturno, pero no logra captar la atención. Ni el carisma del comediante ni sus ilustres invitados pueden rescatar esta primera entrega del experimento en directo de Netflix.
Se ve que Julianne Moore se lo pasa bien pero el estilo de comedia pesada lastra esta historia de cortesanos como el barro en el dobladillo de un vestido
Un 'monumento' escalofriante a un crimen que abarcó continentes y generaciones. Un recordatorio de cómo la toxicidad que desencadenó la esclavitud da forma al mundo actual.