Aunque 'The Last Rider' puede resultar un poco hiperenfocada para el espectador menos iniciado, los entusiastas del deporte y del ciclismo profesional deberían encontrar en ella un viaje inspirador y transportador
Si bien Miller y Pollard no retratan a Ashe de manera especialmente negativa, tampoco lo muestran como un santo; lo presentan como un hombre de su tiempo con un talento excepcional. Es un homenaje apropiado.
'My name is Sara' se suma dignamente a la interminable cadena de historias basadas en el Holocausto y encuentra su camino para triunfar en grandes y pequeñas pantallas.
El resultado es decepcionante. Se presenta una historia superficial sobre unos niños y su perro, que a pesar de tener una duración inferior a hora y media, da la impresión de haberse alargado innecesariamente.
La película presenta varias ideas intrigantes. Sin embargo, le falta el dinamismo y la diversión que debería tener una historia centrada en viajes en el tiempo.
Es tan plausible como cualquier representación musical, pero 'Opening Night' es una comedia divertida y sexy, aunque decididamente ligera, sobre lo que sucede entre bastidores.
Hope trabaja duro para hacer creíble a la espabilada Cassie pero, como está escrito, se ve obstaculizada por la falta de dimensión intelectual de su personaje y la credibilidad contextual.
Con una estupenda actuación de Adam Scott, 'The Vicious Kind' ofrece una perspectiva única, sorprendente y memorable sobre el drama familiar disfuncional.
Más épica de lo necesario y menos profunda de lo que debiera, aunque sigue siendo una interesante recorrido por la fragilidad y las debilidades humanas.