Cada fragmento que Diego Mas Trelles extrae del Hollywood clásico se convierte en una explosión de colores vibrantes, una celebración musical llena de alegría y un derroche de un exotismo lujoso y extravagante.
A pesar de ser un documental musical de calidad y seguir las pautas tradicionales del género, no logra sorprender del todo. Satisfacerá a los seguidores, pero es poco probable que atraiga a nuevos espectadores.