Una película de ciencia ficción competente, aunque con limitaciones. Su argumento se adhiere a las convenciones del género, pero está indudablemente bien dirigida por Clooney. La película logra elevarse, aunque no consigue cerrar de manera efectiva.
Retiren todos los utensilios de escritura de las casas de Damon y Affleck. No dejen ningún portátil, máquina de escribir, bolígrafo, lápiz, pluma o telégrafo. Batman y Jason Bourne deben ser detenidos.
Lo último de Cumberbatch tiene las hechuras para ser una gran película. Sin embargo, resulta frustrante que no cumpla con las expectativas, lo que la convierte en una experiencia mediocre.
A pesar de contar con dos interpretaciones destacadas, la película ofrece una sensación de repetición. La crisis de opiáceos en Estados Unidos necesita ser abordada de manera diferente, al igual que la cantidad de películas que tratan este mismo tema. Sería ideal que el cine explorara nuevas perspectivas antes de volver a este asunto.
Una historia clásica convertida en un musical deprimente. La película se presenta como una de las adaptaciones más deslucidas. Incluso las coreografías de los bailarines resultan decepcionantes.
En su debut, el director y guionista Remi Weekes enfrenta el desafío de transformar una crisis profunda en un cautivador filme de terror. Las interpretaciones de estos talentosos actores nos hacen reconsiderar nuestras percepciones una y otra vez.
Su gasolina es su abundante corazón y sus meticulosos detalles. Acompañando a su espléndida ambientación, sin embargo, está un guion trillado que avanza a trompicones con diálogos toscos.
¿Es pura nostalgia volver a ver a Adams en su papel de estrella de la realeza? La verdad es que no. Ella, Dempsey, Marsden y Menzel ya están un poco mayores para esta historia.