El ritmo se desacelera tras la primera hora, pero la impresionante fotografía de Remi Adefarasin y la cautivadora música de Magnus Fiennes continúan alimentando la emoción.
Trillada y pretenciosa, podría ser algo que ignoras en una canción de rock o en un videoclip. Sin embargo, se transforma en algo casi insoportable cuando se presenta en una película que se extiende por tanto tiempo.
El maravilloso diseño de producción gótico, pesadillesco y al estilo Burton, que incluye escenarios, armas y trajes, cautiva la vista constantemente y mantiene el foco en la historia.