Esta nueva entrega no aporta ninguna novedad, ya sea en su narrativa o en su estilo. Se siente como una repetición de anteriores versiones sin ofrecer un giro interesante.
Absolutamente impagables Richardson y E. Grant en dos personajes sensacionales. Juntos tienen algunas secuencias memorables y divertidísimas. Guión y dirección tienen ritmo, equilibrio, buen gusto, mucha ironía y humor. Una película realmente deliciosa.
Genial reflexión sobre el genocidio del pueblo armenio y el pozo sin fondo del factor humano. Es apabullante, obligando a repasar y a tratar de ordenar en la memoria la inmensa cantidad de sensaciones recibidas. Esta película es única e imprescindible.
Es una película intrigante que provoca tanto interés como desconcierto. Aunque comienza con una premisa atractiva, pierde parte de su equilibrio a medida que avanza.