En sus mejores momentos, es un sueño dentro de un sueño, una pesadilla reflejada en espejos infinitos, una pantalla llena de sexo televisivo y horror kitsch explotándonos en la cara
Spielberg presenta la historia de Schindler con una convicción y urgencia inigualables, utilizando una fuerza visual que nos hipnotiza a lo largo de tres horas.
La actuación de George C. Scott es una hazaña interpretativa remarcable. La película se sostiene bastante mejor de lo que sus detractores desearían; de hecho, lo hace de forma espléndida.
La película destaca por su dirección visual, que exhibe una elegancia poco común. Aunque las sorpresas son previsibles, el clímax resulta ser electrizante.
Una película sobre el heroísmo solitario en una edad complicada debería estar más en la onda de lo que es realmente heroico y de lo que es realmente complicado
La película destaca por su atmósfera envolvente, donde el suspense se convierte en el protagonista. A lo largo de la trama, se puede notar un uso inteligente del humor que alivia la tensión, proporcionando un equilibrio con la oscuridad de la historia. La caracterización de los personajes es notable y les da profundidad, permitiendo que el público