Una desgracia para los talentos de Robert De Niro y Eddie Murphy, pero no es suficiente decirlo. También es una desgracia para los talentos de Rene Russo y cualquiera que condujese el camión del café al set cada día.
El colosal espectáculo, que en ocasiones resulta difícil de digerir, comienza en los primeros dos minutos y se mantiene hasta el final. Pensé que lo había visto todo. Pero no.
Aunque puede carecer de la frescura de la primera entrega, la fórmula no es rancia, es simplemente familiar. Y familiar, de una manera agradable y acogedora.
Hall, Penn y Johnson han creado una obra que trasciende lo convencional con 'Daddio'. Es posible que hayan dejado su huella en el cine, convirtiéndola en un clásico.
Parece inflada en sus 90 minutos y aunque pretende claramente ser divertida, es difícil de ubicar, excepto en los términos más generales, el foco de la sátira de la película.
Al final, la película funciona con economía e inteligencia y con una sensibilidad profunda hacia lo sutil y los matices dolorosos de la interacción humana.