La película comienza con una premisa intrigante que explora el oscuro lado de un trabajo despiadado que no tolera debilidades. Sin embargo, se desvía demasiado pronto de esta idea.
La fuerza de la película reside en su capacidad para subvertir y crear un puente entre el folclore irlandés y temas modernos candentes como la salud mental, el trauma, la ansiedad y el síndrome de estrés postraumático.
Esta película, sin ser pretenciosa, se aleja de la narrativa convencional y nos invita a replantear nuestra perspectiva sobre el cine y lo que consideramos normal.