Esta desigual cinta sobre una épica historia es una frustrante oportunidad perdida. Es un film que parece haber sido dividido por episodios y presenta defectos clave en el guión y la edición, o quizás en ambos.
Una experiencia cinematográfica deliberadamente opaca, en ocasiones letárgica, que puede que no cohesione de una manera totalmente satisfactoria, pero que muestra un talento y y originalidad definidos.
Editora y directora de fotografía al mismo tiempo, Wittmann se esfuerza por ensamblar fragmentos prometedores en un todo satisfactorio: un ejemplo de libro en la gran pantalla donde la ambición supera con creces la ejecución
Aunque la película destaca la complejidad y el arduo trabajo que implica el ballet, la idea que comunica es sencilla y se presenta de forma clara y directa.
Es una película accesible y competentemente profesional, que en ningún momento se acerca, ni lo pretende, a la brillantez cotidiana de su enigmático y volátil protagonista.
Una mirada fantasiosa y de ritmo lento sobre los mecanismos del proceso de paz en Irlanda del Norte. Las falencias en el guion y en la dirección convierten este filme en un vehículo que no está a la altura de las expectativas.
Un escaparate aún más eficaz para los talentos comunicativos de Johansen como narrador agudo, amable y cómico. No hay razones para que 'Personality Crisis' se extienda más allá de dos horas.
Un admirable, incluso adorable, retrato de una mujer con una gran fuerza de voluntad levantándose contra las restricciones de la sociedad patriarcal en la que nació.
Este análisis juguetón, complejo y algo resbaladizo de la memoria y de la historia personal se las arregla para que entremos en lo que serían esencialmente los asuntos privados, algunos los llamarían trapos sucios, de gente desconocida.
Una parodia de género dirigida con considerable ingenio. De principio a fin, Hannes mete diversión en la miríada de clichés y tópicos de las películas de policías.
Una película en la que, a lo largo de dos horas, el inconformista virtuoso argentino hace saltar por los aires y reconstruye el lenguaje cinematográfico establecido de un modo desafiante pero, en última instancia, estimulante.
Aunque 'Fairytale' pueda tentar la indulgente paciencia del espectador en sus 78 minutos, rendirse a su extraño y onírico flujo resulta una experiencia más placentera que purgatorial.
Una obra encantadora sobre choques culturales. Presenta una visión divertida, detallada e inteligente sobre temas candentes como la inmigración, la identidad y la asimilación cultural.