Es un ir y venir de recuerdos de buenos momentos, esquivando los malos, y a veces también olvidando, o recordando apenas, porque no alcanza el tiempo para todos, y entonces se priorizan los que la hinchada tiene más frescos.
Sin ser un gran film, logra que los más pequeños se mantengan sentados durante más de una hora, se diviertan y obtengan una moraleja sobre la importancia de unir esfuerzos ante un problema común.
Las escasas escenas de acción cósmica, desarrolladas con gran potencial, logran rescatar a la película de un desastre que, en ocasiones, se pierde en chistes poco acertados sobre el cine de clase B.
Hay entretenimiento, emoción, gran calidad técnica y artística. Cabe sospechar que no será un clásico al nivel de otras producciones Disney, pero seguramente hará más plata en menos tiempo.
La historia es entretenida y nunca resulta tediosa. La animación y el coloreado son excepcionales, realizados por talentosos artistas hindúes. La música orquestal acompaña de manera casi constante y añade un toque especial, complementada por un humor acertado.
Admirable ostentación de artes plásticas, entretenimiento sólo medianamente previsible, notable mezcolanza de criterios y culturas, (...) es algo más que un dibujo para chicos. Mucho más.
La película se arrima a productos tipo "Charlie y la fábrica de chocolates", se mete entre ellos, no parece argentina. Y de paso estimula la fantasía, el amor a la familia y los juegos de mesa, y la lectura.
Está bien actuada y cada departamento creativo muestra sus enormes capacidades, pero apabulla el ostentoso catálogo de efectos digitales de toda clase, la sucesión de ampulosas escenografías, el despliegue de extras y la música extemporánea.