Aunque no seas fan del género, si eres nuevo o simplemente buscas algo diferente, merece la pena que le des una oportunidad. Es una obra interesante, seductora y fácil de seguir.
Aunque sentí un poco de tristeza y desánimo, también me llevé una sensación de inspiración y aprendizaje. Los episodios son concisos, con una duración de aproximadamente treinta a cuarenta minutos, lo que los hace muy accesibles.
Es complicado igualar a David Attenborough en este ámbito, sin embargo, Obama ha logrado una notable actuación. La producción resulta entretenida, educativa y sorprendente.
No aporta nada original y resulta bastante repetitiva. Sin embargo, su visión es cautivadora. Ideal para quienes disfrutan los documentales de crímenes reales.
Las actuaciones destacan por su calidad, mostrando una notable química entre los actores y añadiendo un giro de comedia inteligente. Además, la captura visual de San Francisco es simplemente espectacular.
Una película navideña familiar con un buen mensaje y actuaciones sólidas se ve debilitada por un humor plano y por ofrecer menos travesuras de las que se espera.
La premisa tiene un buen fundamento, sin embargo, el guion se siente incompleto, dejando algunos aspectos sin explorar, lo que podría haber incrementado su impacto y efectividad.
Me sentí como si escuchara a viejos amigos y familiares narrar historias de su agitada historia, acompañándolos en su viaje. Es tan cautivador que se puede disfrutar de un solo golpe.
Las historias traumáticas de los condenados a muerte continúan despertando tanto el interés como el desagrado en los espectadores. A pesar de su dureza, estos relatos ofrecen una visión cruda y sincera de situaciones extremas.
Se la recomiendo a los amantes del cine y a aquellos interesados en conocer los entresijos de la producción. Sin embargo, los seguidores más acérrimos tal vez no encuentren sorpresas.