Ferozmente sincera, esta es una impactante historia que sigue la vida de un joven negro, gay y sin hogar que se alista en un viaje de autodescubrimiento y lucha por la aceptación.
Dirigida con brío y con un montaje ágil, es un sólido debut de su director en el campo de la ficción. En su mayor parte, es un retrato serio y nada sensacionalista de una periodista extraordinaria.
Sólida y entretenida. La energía de su historia, junto con la destacada actuación de Ma Dong-Seok, permitirá que los aficionados al cine asiático se sientan identificados con ella.
Carece de contrastes dramáticos y falta textura en la caracterización. Garfield se ve limitado tanto por el guion como por la falta de movimiento de su personaje.
Aunque el sufrimiento de Cahalan podría dar lugar a un libro fascinante, esta película demuestra que no logra traducirse de manera efectiva a la gran pantalla.
Imprescindible para los aficionados al tenis. Un cariñoso homenaje a este deporte que captura la esencia de la competencia y la dedicación de sus protagonistas.
Marisa Abela realiza un gran esfuerzo por transmitir el carisma y la singularidad de la fallecida cantante; sin embargo, el resultado final es un biopic poco convincente.
La película está dirigida con firmeza y destreza por George Tillman Jr., aunque es probable que capte más la atención del público del cine cristiano que del cine deportivo.
Es un enfoque audaz e intrigante que se mete en la piel de la escritura, pero como Hawke opta por enfrentarse, de frente, al racismo que se cuece en los mundos que crea Flannery, puede resultar incómodo de ver.
El documental de Douglas sobre el tenista inconformista John McEnroe es uno de esos raros retratos que atraen a un público mucho más amplio que solo a los aficionados al deporte.
Esto es cine con ecos del estilo musical de Cohen: es contemplativo, escrutador y minimalista, pero también puede ser algo egocéntrico, disperso y lento.