Poster de Caterina se va a Roma

Críticas Caterina se va a Roma (2003)

Giancarlo, un profesor de contabilidad en un pequeño pueblo, decide mudarse a Roma junto a su esposa Agata, a quien menosprecia y humilla, y su hija Caterina, a quien anima a relacionarse con compañeras de clase de familias adineradas. Caterina, desubicada en este nuevo entorno, pronto se convierte en el centro de una rivalidad entre dos compañeras: Margherita, hija de un reconocido intelectual, y Daniela, descendiente de un prominente político. A medida que avanza el año escolar, Caterina descubrirá un mundo superficial, mientras su padre enfrenta la amarga realidad de sus aspiraciones.

Javier Ocaña Diario El País

Refleja la incomunicación y el absurdo de un país atrapado en la banalidad. Con gracia, con brío, con rabia.

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