Poster de Ziggy Stardust and the Spiders from Mars

Críticas Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1979)

3 de julio de 1973: el último concierto de Ziggy Stardust y la culminación de la gira de Aladdin Sane. Fue el día en que el glam murió y Bowie se adentró en nuevos abismos. Una serie de éxitos, rarezas, maquillaje y emoción, con el Sórdido Duque Blanco en su momento más brillante. La cámara de Pennebaker documenta cambios, y Ziggy Stardust and The Spiders from Mars no es la excepción: es la noche en que el glam fue asesinado, mientras Bowie se preparaba para dar un salto hacia el futuro. Sin lágrimas en sus ojos, Bowie deja atrás el pasado, con su vanguardista concepto del pop como una máquina que avanza hacia nuevas tierras. Este filme ofrece todo lo que un seguidor de Bowie podría anhelar: una colección de himnos eternos (“Changes”, “Space Oddity”, “Suffragette City”, “Rock’n’Roll Suicide”), rarezas (un medley de “Wild Eyed Boy from Freecloud”/“All the Young Dudes”/“Oh! You Pretty Things”, una versión de “Let’s Spend the Night Together” de los Rolling Stones, y otra de “White Light/White Heat” de Velvet Underground) junto a abundante maquillaje, arte escénico y emoción. Un filme sublime con el Sórdido Duque Blanco en su pico andrógino y enigmático, que dejaría una huella indeleble en la historia musical.

John Gill Time Out

Velo por la música o no lo veas

Nathan Rabin AV Club

El resultado revive de manera impresionante un instante crucial en la historia del rock, convirtiendo a Ziggy Stardust en el evento cultural significativo que siempre debió ser.

Alonso Díaz de la Vega Diario El Universal

La película constituye un homenaje cultural que no solo documenta un concierto importante, sino que también evoca la esencia de David Bowie en ese instante, ofreciendo una reflexión sobre su figura.

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