El problema con 'Aviones 2' no es tanto el uso inadecuado de humor de doble sentido en una película claramente destinada a los niños, ni la ausencia de creatividad visual, sino que la incoherencia es lo que realmente lo debilita. En última instancia, se convierte en un producto entretenido y, en momentos, conmovedor.
Es lo que logran cineastas como McDonagh. Aunque los personajes y los escenarios pueden parecer auténticos en sus películas, existe un matiz en su forma de dialogar y en las exageraciones que sugiere un mundo de fantasía.
Los hermanos Dardenne presentan una propuesta interesante aunque fallida con 'Young Ahmed'. Los estereotipos, algunos momentos demasiado didácticos y un desenlace poco creíble afectan negativamente la narrativa.
La película de Andrew Haigh, centrada en un joven y su caballo, supera las expectativas de su género y se posiciona como una de las mejores propuestas del año.
La imaginería de Yonebayashi complementa las emociones de una película que se alberga, como casi todas las producciones del Estudio Ghibli, en el corazón de su audiencia.
La relevancia del filme radica en el viaje hacia el refugio que le da título, donde Koutras concluye su rebelión gay no a través de la violencia ni la resignación, sino mediante el reencuentro de los hermanos con su verdadera identidad y su historia: la que han vivido y la que aún está por escribirse.
Una inmersión brillante en la perspectiva inocente de una niña. Simón no es una revolucionaria en su estilo, sin embargo su ejecución de él es impecable.
No considero a 'Pink' cine y, en todo caso, la ubico al fondo entre las miles de películas que he visto, pero mi crítica no es un exhorto a ignorarla: es una invitación a pensarla. Injustificable como sea su calidad, 'Pink' merece ser vista y admirada, tanto como ser despreciada y criticada.
El primer largometraje de Rungano Nyoni aborda la superstición no desde la óptica del exotismo occidental, sino desde un enfoque feminista que se niega a aceptar que las mujeres sean percibidas como algo menos que seres humanos.
Uno hubiera esperado que 'Beasts of No Nation' fuera todo lo que no se puede hacer en el sistema hollywoodense, es decir, todo lo que pueda considerarse ofensivo o intolerablemente violento. Esto hubiera sido no sólo útil sino esencial.
La destreza formal de Bradley Cooper explica parcialmente el éxito de esta película, pero quizá la razón definitiva esté en la hipocresía. (...) es una nostálgica mirada a esos días en que las mujeres cuidaban de sus hombres con una vehemente abnegación.