Este debut oscuro y estimulante de Evan Glodell es una historia de amor preapocalíptica y la más emocional y (literalmente) explosiva crítica de la inseguridad masculina desde 'Fight Club'.
La extraña yuxtaposición de estilos de animación no puede competir con los grandes maestros japoneses como Hayao Miyazaki o Satoshi Kon; sin embargo, la compleja narrativa es notablemente más satisfactoria que la última temporada de 'Lost'.
La brillante sutileza de este absorbente e indispensable drama se definen gracias a Penn, que transforma los fuertes matices del guión en la mejor interpretación del año.