El director y guionista, con convicciones comunistas, presenta una visión cínica de la clase trabajadora que resulta fascinante y aleccionadora. La obra se manifiesta como una clara 'propaganda', pero lo más relevante es su aspecto humano, que es a la vez conmovedor e inquietante.
La película se presenta de forma inteligente y con un estilo inquietante, enmarcada en escenarios vibrantes y genuinos, que hacen que sus elementos comunes brillen con una calidad profesional.