Un western íntimo y lleno de suspense. No se trata de Django II. Su ritmo y estructura recuerdan a una obra de teatro tradicional. Jackson y Russell destacan en sus papeles, pero es Leigh quien, al final, se adueña de la historia y la transforma en algo único.
El giro final de Maupassant refleja la firme creencia de Brizé en que la dignidad humana debe superar las barreras sociales. Su conclusión resulta tanto optimista como emotiva.
Silencioso e inmersivo. El film de Becker y Mehrer se centra más en los paisajes y los silencios que en la tensión o en la psicología de sus personajes.