El equipo creativo y el soberbio reparto tratan el tema con la seriedad y la elegancia que merece, además de narrar un infierno de historia al mismo tiempo.
Al pasar del cine a la televisión, pocos demuestran tener el ojo y el oído que tiene Guadagnino, lo que hace que la naturaleza voyeurística de la narración sea más envolvente que indulgente.
Es lo suficientemente aguda como para justificar la continuidad de la serie. Sin embargo, es difícil no preguntarse qué habría pasado si White hubiera aprovechado más el jugo de la primera temporada.
Es muy prometedora. Sin embargo, es innegable que la serie necesita 10 episodios para desarrollar una narrativa que 'Lovecraft Country' logra transmitir de manera efectiva en uno.
Un proyecto visualmente atractivo que cuenta con interpretaciones sobresalientes, pero que, a medida que se acerca a su desenlace, la historia comienza a sentirse excesiva.
Un collage de épocas e influencias que viaja al pasado a través de la historia estadounidense y sus atrocidades raciales. Cada episodio tiene la capacidad de extenderse el doble sin llegar a ser tedioso.
[Crítica 4ª temporada]: Ver la serie es como estar atrapado en un carrusel con Abe, Rose y Midge, donde las conversaciones en voz alta giran en círculos sin avanzar hacia ningún lado.