Si la inventiva visual de la película no es suficiente para convencerte, también merece la pena ver las pocas interpretaciones humanas de la película. El auténtico cine es raro hoy en día, pero aquí se consigue.
Es desquiciante, pero a veces también resulta sorprendentemente desquiciante. Al menos sigue siendo divertida y sangrienta, aunque frustre por el camino.