Una historia fría sobre una estrella que era más una máquina que un ser humano. Como la propia Henie, la película es atrevida, deslumbrante y difícil de amar.
Un thriller de los hermanos Cameron Cairnes y Colin Cairnes, es un recordatorio inteligente de que el negocio del entretenimiento se construyó sobre ilusiones.
A pesar de las buenas actuaciones de Laura Dern y Jack O'Connell, este juicio basado en hechos reales es más emocionante sobre el papel que en la pantalla.
La mayoría de los recuerdos de sus exparejas no resultan ser psicológicamente esclarecedores. No obstante, al unirse, estas tiernas confidencias trazan el perfil de una mujer que nunca se atrevió a confiar su corazón en nadie.
Es una historia sencilla hecha para provocar a los corazones modernos. Las actuaciones y la fotografía son tan buenas que la película casi consigue su propósito.
La acumulación de asesinatos causa un efecto similar al de un moratón oculto, logrando que la audiencia experimente el peso psicológico de vivir en constante temor.