La serie presenta una sobriedad distintiva, junto con elementos de ultraviolencia y decorados vibrantes de neón, además de un mundo cautivador. Sin embargo, es lamentable que no se explore a fondo.
La película se enreda tanto en su propia metáfora que es incapaz de ofrecer ni un atisbo de terror respecto a lo único que realmente queremos ver: un hombre lobo.
Es tan buena como prometía la primera película. Denis Villeneuve y Timothée Chalamet regresan con una superproducción fantástica y sorprendentemente compleja.
La trama se centra en la búsqueda de una razón de ser en el universo de Resident Evil, pero no logra desarrollar una nueva narrativa que capte el interés del público.