Los personajes reales se presentan de forma algo torpe. Aun así, cuenta con un estilo moderno y envolvente, una buena banda sonora, un firme sentido de la historia negra y diálogos vivos.
Aspira a colocarse al nivel de las grandes superproducciones de fantasía como 'Game of Thrones' y 'House of the Dragon'. Aunque en ocasiones logra transmitir esa grandeza, no siempre alcanza sus objetivos.
La segunda temporada destaca por su solidez y agudeza, ofreciendo una narrativa ingeniosa y pícara. Esta continuación se siente como una evolución, superando incluso a la primera en ciertos aspectos.