Un drama de rehenes que destaca por su delicadeza y claridad en la narrativa. La película logra captar de manera emotiva la lucha entre el sufrimiento humano y los ideales, ofreciendo una reflexión impactante y profunda.
Un tenso juego del gato y el ratón que no se toma a sí mismo demasiado en serio. Lo que le falta a Fox en fuerza dramática, lo compensa con un magnetismo retorcido.