La esencia de la obra radica en la elección de Popplewell de evitar el enfoque convencional de los documentales de crímenes, optando por crear una narrativa única utilizando únicamente material de archivo.
Algunos cortometrajes son tan insulsos que es preferible dejarlos en el pasado, mientras que hay otros que poseen tanto potencial que realmente deberían ser desarrollados en un formato más largo.