Morris incorpora música de Manson de una forma que, aunque fuera de su contexto habitual puede no tener gran impacto, aquí se vuelve verdaderamente aterradora. Su uso es innegablemente inquietante.
A pesar de contar con algunas canciones entretenidas, al final la experiencia resulta insatisfactoria, similar a los fracasos de Plankton en su intento de dominar el mundo.