Que sea excesiva tiene un pase: Besson siempre lo ha sido. Sin embargo, lo que no es aceptable es que esta mezcla de géneros, con un tono tan disperso, resulte aburrida y genere indiferencia.
Chabat presenta a un Santa que no tolera la lactosa, utilizando clichés para subvertir la idea de una 'película navideña'. Sin embargo, su intento resulta incompleto.
Maravilloso disparate para disfrutar de este placer culpable como se merece hay que despojarse de todos los prejuicios. Es la única manera de saborear la película más bizarra y desvergonzada del año.
En ningún momento se siente que busque igualar al original. Es un acierto optar por una combinación de lo sugerido y lo explícito para mantener al espectador en tensión.
Una narración prístina aunque sin sorpresas, es una espléndida película. Eduard Fernández vuelve a brillar en su papel, acompañado de una sobresaliente Clara Segura y un elenco de grandes secundarios.
Una divertida serie B que celebra su identidad con un toque retro de los años noventa. Se presenta como un thriller acelerado, destacando a un Liam Neeson, que a casi 70 años, sigue demostrando que puede enfrentar cualquier desafío.
La película cuenta con una pareja excepcional que eleva su calidad: Michael Caine y Glenda Jackson. Sin su participación y lo que simboliza su presencia, la producción no alcanzaría más que el estatus de un telefilme común.
Con una sorprendente madurez para ser su primera obra, Mikel Gurrea elabora una crónica impactante sobre la descomposición de lo que se creía una Arcadia feliz. La película se enriquece y se magnifica ante la mirada atónita del espectador.
Para aquellos que disfrutan de historias con ratones. El intento de recrear un ambiente de los años 80 resulta forzado y no se alinea con el verdadero espíritu de la obra original.
A través de una efectiva combinación de entrevistas, material de archivo y recreaciones, además de un ingenioso uso de la música y los fundidos a negro, Wardle manipula la tensión y la sorpresa, controlando la cantidad de información.