El creador de la serie, Vince Gilligan, introduce una singular sensibilidad que enriquece considerablemente la trama. La serie se vuelve más rica y absorbente a medida que avanza hacia las dos y tres horas.
Esta divertida aventura bajo el sol de Australia sirve de escaparate para Sydney Sweeney y Glen Powell, que cumplen amablemente con las exigencias de la película, incluso si el guion solo sigue su ejemplo ocasionalmente.
Esta última entrega supera las expectativas, honrando a sus orígenes, al tiempo que construye una aventura vigorosa e incluso reflexiva en torno a un concepto muy centrado en los simios.
Lo más destacado de la serie no son tanto los detalles específicos, sino más bien el ambiente y la atmósfera que logra transmitir a lo largo de sus episodios.
La serie de la TNT, aunque repleta de clichés, destaca gracias a la actuación de Jennifer Beals en el rol principal. Sin embargo, su personaje es monótono y el concepto general carece de dirección.
'Combat Hospital' se siente obsoleta, similar al guión de Petrie, que reutiliza los mismos clichés típicos de las producciones ambientadas en hospitales.
El proyecto atrajo a algunos aficionados en su versión original, pero las primeras cuatro partes de esta serie de 10 episodios se sienten limitadas y solo ofrecen momentos esporádicamente entretenidos, dando la impresión de que han sido ensambladas de cualquier manera para Showtime.
Como bien se indica, la vida es breve cuando se trata de comprometerse a ver otra docuserie. Sin embargo, es innegable que muchos estarán dispuestos a sumergirse en una narrativa tan cautivadora y intrigante.
Un relato imparcial de las acusaciones contra Bach. También enmarca la historia en los orígenes de la labor misionera y de ayuda al extranjero y en cómo incluso las mejores intenciones pueden llegar a torcerse.
Las inquietantes cualidades del estreno lo convierten, al menos, en el tipo de introducción que despierta la curiosidad por ver qué ocurre a continuación.