La serie se burla de sí misma de manera divertida. 'Los slasher se queman rápido', le dice Noah a sus amigos. 'La TV necesita estirar las cosas'. Si esto funciona y él sobrevive, tal vez deberían dejarlo producir la próxima temporada.
Suceden muchas cosas, incluso casi demasiadas. Es una cadena de dominó tan extraña que resulta difícil creer que aquellos que vean el primer capítulo no querrán continuar hasta el final.
Después del perseverante estreno, lo único que podía pensar era en despertarme en el momento en que llegaran a la danza de la serpiente. Y tal vez ni siquiera para eso.
Los productores logran mantener el interés sin depender de los recursos baratos que han definido a la sobrevalorada 'American Horror Story'. No obstante, la premisa se convierte en una limitación creativa.
Se desmarca del resto de series, gracias en parte a la calidad de sus interpretaciones, pero también porque documenta los brotes de humanidad que lograron florecer en los tiempos más oscuros.
Los defectos no restan importancia a la conmovedora historia principal; sin embargo, avanzar a través de los ocho episodios puede sentirse como el esfuerzo de alcanzar un puente que parece inalcanzable.
Un buen trabajo, pero casi rutinario. Hay que atribuirlo en parte al hecho de que, tanto en la televisión como en el tráfico de drogas, el producto no siempre resulta tan efectivo si se repite con demasiada frecuencia.
Una visión reveladora de Elizabeth Holmes y Theranos. A pesar de la exigencia que este tipo de material implica, 'The Dropout', en gran parte gracias a Seyfried, logra conectar con el espectador, superando la pregunta de '¿debería verla?'.
Con 'The Staircase', hay un método para la locura, ya que busca capturar la historia con todas sus complejidades, y la búsqueda a veces esquiva de ubicar la verdad en el crimen real.
Entra en la extraña categoría de series basadas en hechos reales que cogen un episodio de las magazines de noticias como 'Dateline' y lo convierten en drama. No vale la pena.
Una película que puede ser admirada por su visceral retrato de la guerra, pero que presenta a sus personajes de manera poco desarrollada. Lurie ofrece una oda al valor y al heroísmo, sin embargo, la misión narrativa queda incompleta.