Una película que debería haberse estrenado hace casi dos años y créeme, la espera ha merecido la pena. Su hora final se encuentra entre las mejores del género.
Aunque cobra vida de una manera que no consiguen los videojuegos en sus escenas de acción, pierde fuerza en el medio con una escena pesada que lleva la duración del film a los 110 minutos.
Atraerá por su brutalidad, pero también tiene algunos temas que merece la pena analizar sobre lo mucho que puede ocultar la fe, lo que puede empañar el mal e incluso el papel que desempeñan nuestros propios padres en la configuración de esas narrativas.
'The Patient' acaba pareciendo un concepto en busca de una serie, una que se conforma con hacer pensar siempre a los espectadores en lugar de asumir los riesgos que se requerirían para emocionarlos.
Hay algo estimulante en ver a Jessica Chastain y Eddie Redmayne interpretar acordes menores en 'The Good Nurse'. Sin embargo, el problema radica en que toda la película está compuesta en una tonalidad de melancolía.
No logra justificar su existencia. Las buenas noticias es que ni de cerca es tan incompetente como lo peor de la serie original, pero también es sorprendentemente olvidable.
Se eleva gracias a cómo Garbus equilibra las diferentes historias. Una serie que, a diferencia de otros relatos de crímenes reales, no pierde su humanidad en ningún momento.
La película presenta ideas interesantes y ofrece un enfoque original, aunque a lo largo de su desarrollo se encuentra con ciertas dificultades, sobre todo en las escenas finales.
No me gusta reconocerlo, pero parece que los creadores de esta película no comprenden lo que hizo de 'Halloween' una obra maestra. Su mayor error es que, a diferencia de la original, no logra generar miedo.
La sensación de alegría y maravilla se ahoga en una película que intenta complacer de manera excesiva a un público de fans dividido, descuidando la necesidad de encontrar una identidad propia.
Tarda un poco en encontrarse a sí misma y le cuesta encontrar el tono, pero la comprometida interpretación de Anna Castillo evita que se pierda en el horizonte.
Capta muy bien la angustiosa sensación de estar atrapado bajo el agua con cada vez menos oxígeno. Sin embargo, la narrativa es demasiado floja y carece de tensión.
A veces, su intenso realismo puede ser casi agobiante, pero ciertamente nunca resulta aburrida y más allá, es una señal de que el director de la gran '45' años y 'Lean on Pete' es un realizador de primera categoría.