El director logra sacarle el máximo provecho al formato tridimensional y en lugar de utilizarlo en escenas de acción frenéticas, lo hace con el objetivo de aportar la mayor profundidad posible a una obra artística que realmente lo necesita y merece.
Un excelente ejercicio de tensión. Con excelentes actuaciones de las protagonistas y el elenco en general, 'Sages-femmes' es un durísimo choque de realidad que arroja la pregunta obvia: ¿Si allá es así, cómo será acá?
Es en las diferencias donde el documental destaca. Resalta cómo la música se entiende y se percibe de diversas maneras, las relaciones que mantienen con sus profesores y familiares, y la forma en que enfrentan la tensión y la fama. Sin embargo, se siente una perspectiva algo superficial.
Termina siendo un trabajo flojo, repetitivo y tedioso. Son cuatro horas de una voz en off monótona y cansina, explicando a modo de texto que acompaña una pintura en un museo, lo que sucedió en uno u otro sitio más o menos relevante dentro de la ciudad.
La amenaza del demonio se destaca en la pantalla y atrapa al espectador desde el inicio. Con un enfoque que fusiona lo gótico y expresionista, su estilo inmersivo e hiperrealista la convierte en una de las películas más impactantes del año.
La mejor película de Yorgos Lanthimos, su obra más grande, donde expresa su universo singular con todos sus excesos. Lo más notable es que, a pesar del profundo cinismo que caracteriza su cine, logra transmitir un lado humano.
Breillat, con una perspectiva elegante y sensible, aborda temas complejos con dureza y frialdad cuando es necesario, logrando plasmar una complejidad emocional que resulta difícil de procesar y manteniéndose al margen de caer en lugares comunes.
Ridiculiza el arte contemporáneo, pero termina aplicándolo en su producto, pisándose la cola. Es más grotesco que inteligente y tosco que sutil. Cuando busca simplemente entretener es cuando realmente encuentra el camino adecuado.
Una película que resulta tan impresionante como inquietante. Mantiene al espectador en una tensión constante, sumergiéndolo en una trama hipnotizante impulsada por una intriga magistralmente elaborada.
Calero continúa analizando los eventos de aquellos tiempos difíciles, evitando caer en visiones extremas y manteniendo una perspectiva que trasciende las divisiones tradicionales.
Sofía Otero ofrece una actuación impresionante que refleja una gran madurez. Estibaliz Urresola Solaguren aborda con gran delicadeza la complejidad de la identidad de género, presentando un relato sincero y profundo sobre este tema tan personal.
Es una obra maestra. Un ser en vías de extinción cuya presencia no solo protege a su especie, sino también a todo el ecosistema. La experiencia cinematográfica es inolvidable, y el desenlace es impactante.
El cuidado por el detalle es notable, ofreciendo una especie de fotografía macro que entrelaza y distorsiona la realidad. Esta técnica actúa como una alegoría sobre la cordura y su posible pérdida.
"No Bears" se presenta como una obra de arte que desafía y reivindica. Jafar opta por no adoptar un alter ego ni utiliza una ficción para expresar sus ideas de manera indirecta, lo que la convierte en una reflexión directa y poderosa.
Desde "Mr. Nobody", no se había capturado el primer amor con tal sinceridad y sensibilidad, así como una pizca de desfachatez. La narrativa se siente realmente relevante en una era donde Tiktok establece las tendencias.