Breillat, con una perspectiva elegante y sensible, aborda temas complejos con dureza y frialdad cuando es necesario, logrando plasmar una complejidad emocional que resulta difícil de procesar y manteniéndose al margen de caer en lugares comunes.
Ridiculiza el arte contemporáneo, pero termina aplicándolo en su producto, pisándose la cola. Es más grotesco que inteligente y tosco que sutil. Cuando busca simplemente entretener es cuando realmente encuentra el camino adecuado.
Una película que resulta tan impresionante como inquietante. Mantiene al espectador en una tensión constante, sumergiéndolo en una trama hipnotizante impulsada por una intriga magistralmente elaborada.
Calero continúa analizando los eventos de aquellos tiempos difíciles, evitando caer en visiones extremas y manteniendo una perspectiva que trasciende las divisiones tradicionales.
Sofía Otero ofrece una actuación impresionante que refleja una gran madurez. Estibaliz Urresola Solaguren aborda con gran delicadeza la complejidad de la identidad de género, presentando un relato sincero y profundo sobre este tema tan personal.
Es una obra maestra. Un ser en vías de extinción cuya presencia no solo protege a su especie, sino también a todo el ecosistema. La experiencia cinematográfica es inolvidable, y el desenlace es impactante.
El cuidado por el detalle es notable, ofreciendo una especie de fotografía macro que entrelaza y distorsiona la realidad. Esta técnica actúa como una alegoría sobre la cordura y su posible pérdida.
Desde "Mr. Nobody", no se había capturado el primer amor con tal sinceridad y sensibilidad, así como una pizca de desfachatez. La narrativa se siente realmente relevante en una era donde Tiktok establece las tendencias.