La ambientación de los 70 aporta un toque retro que puede ser cautivador para los aficionados al horror clásico, sin embargo, la propuesta carece de elementos realmente novedosos o refrescantes.
Tiene justo lo suficiente para enviar a casa a aquellos que van al cine con su cita con una sonrisa en la cara y un cosquilleo de alegría en el corazón.
Tom Brown logra actuaciones que impactan en esta emotiva obra debut, presentando un drama familiar que recuerda a 'Amour' de Michael Haneke en su narrativa.