Es el compromiso incondicional de la película de retratar la preciosa plenitud de una vida complicada, sus placeres y sus penas, lo que la convierte en una experiencia profundamente rica y conmovedora 40 años después de su estreno.
Las mujeres son tratadas como un grupo monolítico de flores frágiles que se marchitan incluso ante la más leve mirada masculina. Se fuerza un victimismo en mujeres que son, en realidad, cualquier cosa menos víctimas.
Harrington otorga a su telefilme una atmósfera intrigante que supera sus expectativas. Aunque puedes burlarte de 'Killer Bees', hay un elemento en la historia que resulta complicado ignorar.