Una serie de escenas que, cuando son intrigantes, se convierten en flashbacks. Hay numerosos discursos fríos y apáticos acerca de la evolución, la perseverancia y la supervivencia a cualquier precio.
La película es engañosamente adorable, pero su esencia es sombría. Watterson ha logrado crear una obra que, en realidad, es mucho más profunda de lo que parece a simple vista.