Valorando cada momento y considerando que tiene algunos entretenidos, 'Music' no es el desastre total que sugieren sus 4 años de espera. Pero en la parte final, la película no se hace ningún favor a sí misma.
El documental podría tener otro subtítulo, similar al de la película de Wilco: 'Estamos intentando reparar nuestros corazones'. Es posible que sientas cómo se sana el tuyo.
El orgullo que tiene la película —la admiración que surge de las coestrellas y la admiración hacia sus colegas y discípulos latinos, así como su autoestima— llegan en la medida justa.
Glazer comparte con Nicolas Roeg su gusto por las narraciones elípticas y las tragedias interplanetarias, consiguiendo algo que casi se podría llamar terror con corazón. Johannson resulta perfecta para el papel.
Con sus espectaculares efectos, este mejunje petulante al menos ofrece una docena de momentos entretenidos y originales, aunque casi el doble de momentos pueriles.
Para el público que más conectará con esta cálida y encantadora película, especialmente familias enfrentando la enfermedad, la falta de resolución al final del documental puede ser vista como una característica positiva en lugar de un defecto.
Un documental ligero que no aporta mucho en términos de reflexión, quedando en la superficie de los temas habituales de este tipo de producciones sobre música pop.