Finamente bordada y dirigida con pericia, la película funciona como un thriller político que evoca los tejidos y las marañas narrativas de series como 'House of Cards'.
Ozon invita a sus espectadores a un juego intrigante que activa su imaginación, guiándolos a través de un mundo reminiscentemente hitchcockiano. Aunque se trata de una obra menor de su filmografía, resulta ser muy placentera.
Hong nos ofrece una obra más de sus comedias humanas que, aunque son sencillas y minimalistas, transmiten una calidez y profundidad notables, claramente reflejando su estilo distintivo.