El mundo de 'Fast & Furious' nunca ha parecido más fuera de control como aquí, pero, por primera vez en mucho tiempo, es como si estuviera de nuevo yendo a la deriva en la dirección correcta.
Básicamente, es la clase de ideal platónico de película que podrías esperar de un chico americano, sensible, blanco y suburbano, que se ha criado con Richard Linklater y 'Sex Education'
Borgli presenta su película más entretenida y elaborada hasta el momento. Paul resulta ser tan patético y fastidioso como muchos de los personajes en línea con los que interactuamos diariamente.
Si haces una mala película para honrar las malas películas, solo obtendrás más malas películas. Y esta es sin duda una de ellas. Remake flojo y chapucero
No importa lo agotador que te resulte este cruce anacrónico entre Romero y Scott Pilgrim, porque no va a ser peor que la realidad que te espera fuera cuando ha terminado (y no lo es, pese a que el debut de Wang se desangra mucho antes de su final).
Buckley, White y Ahmed ofrecen actuaciones convincentes en una película que los deja en un yermo cómico, que se sitúa entre el melodrama 'sirkiano' y la monotonía característica de Lanthimos.
Una entretenida versión noruega de 'Frances Ha'. La naturaleza fragmentada de su estructura narrativa permite que sintamos cómo los años se deslizan por los dedos de Julie.
No siempre se percata de que se encuentra al borde de lo simple y lo desinteresante. Aun así, resulta complicado reprocharle por mantener un esfuerzo mínimo.
Honoré suele ser un director más sólido e interesante cuando se pierde en el mundo de la fantasía. Esta película resulta demasiado charlatana y pierde fuerza cuando deja de explicarse a sí misma.
El humor socarrón de Aki Kaurismäki es una de las cosas más hermosas que se ha ido refinando más allá de toda razón con años de intensa práctica, acercándose a una perfección que llega a ser predecible pero imposible de negar.