Al igual que su predecesora, esta emocionante y sorprendentemente romántica ráfaga de diversión en el cine combina de forma peculiar varios géneros en un viaje convencionalmente satisfactorio.
Un docudrama judicial que resulta plano y disperso. Es una de esas películas en las que las píldoras de información presentadas justo antes de los créditos dejan una huella más profunda que lo que se ha mostrado anteriormente.
La esponja de mar más famosa del mundo obtiene un nuevo look delicioso en una película que permanece fiel a la naturaleza dulcemente alocada de la franquicia.
Ha perdido la noción de lo que hizo a Disney especial. Es una película bien animada, pero carece de creatividad, como un autorretrato de un estudio que se está mordiendo la cola.
La mejor cinta de Marvel hasta la fecha. Puede que no encuentres Wakanda en un mapa, pero esta es la primera película del estudio que parece que se desarrolla en el mundo real.
El cuento de Navidad de Dr. Seuss resulta excesivamente simple, lo que lo hace vulnerable a ser arruinado por completo. Sin embargo, su simplicidad también se convierte en un obstáculo para sostener la narrativa a lo largo de toda la duración de un largometraje.
'The Emoji Movie' es realmente decepcionante. Se presenta como una obra excesivamente activa que se siente más como una propaganda corporativa, donde incluso Spotify parece tener un papel protagónico en la 'salvación del mundo'.
Asombrosamente hermosa e inmensamente auténtica, esta es la mejor película animada de 2016. Una historia épica inspirada en Kurosawa sobre el supremo poder de la narrativa.
A pesar de presentar un universo lleno de posibilidades y numerosos momentos memorables, el spin-off de 'Star Wars' dirigido por Gareth Edwards se siente excesivamente forzado.
La nueva y alucinante película de superhéroes de Marvel es la mejor desde 'The Avengers', un blockbuster visualmente deslumbrante que destaca en el año.
Nunca escucharás a Michael Jackson de la misma forma. De hecho, puede que no vuelvas a escuchar a Michael Jackson nunca más en tu vida. El documental va mucho más allá de su principal cometido.
Dinámica, lúcida y fácil de ver, la película es efectiva porque no muestra compasión alguna y tiene un objetivo tan claro como el sobrenombre que lleva por título.
Un drama sobrenatural deprimente y totalmente espantoso que, de alguna forma, no logra sacar ni un rato divertido de un cuento con moraleja basado en la idea de que tu smartphone podría ser, literalmente, un portal al infierno.
Pocas películas han afrontado con tanto atrevimiento las complejidades del abuso sexual, y menos todavía han tenido el coraje de situar la verdad de la víctima por encima de los juicios que inspira.
Todo cerebro y nada de corazón, decepcionante secuela. La obsesión de Pixar por ser universalmente accesible resulta en otra película que se siente más como una hoja de cálculo corporativa que un verdadero vistazo al cerebro de una persona.
