Una película pequeña, pero cautivadora y sincera, que explora las conversaciones que los estadounidenses evitan. El guion de Franz destaca por su autenticidad y profundidad, abordando de manera efectiva el tema central.
Mentiría al decir que es más divertida para los adultos que otras obras infantiles recientes, pero cada fotograma está lleno de la energía que ha hecho de los 'Looney Tunes' algo tan arraigado a la cultura pop estadounidense.
Su desgarrador prólogo es lo más audaz que ha grabado jamás este director. Tras la fuerza implosiva de sus primeros 30 minutos, el resto de la película parece una búsqueda a través de los escombros.
Hong sigue encontrando maneras creativas y lúdicas de abordar sus obsesiones. Esta película es conmovedora y reflexiva, y su accesibilidad proviene del deseo del director de que su mensaje personal sea comprendido por todos.
La actuación de Davis, a pesar de lo torpe y desorganizada que pueda parecer, mantiene la película unida de manera impresionante con una energía cautivadora.