Un clásico instantáneo. No es solo que ya no se realizan películas como esta, sino que muy pocos se atreven a narrar historias tan amplias con un nivel de técnica, creatividad y energía como la que se muestra aquí.
Iniciará conversaciones sobre el consentimiento y la fetichización del control. Kidman logra transmitir que no se trata solo de una provocación, sino que plantea un atractivo "¿y si?" que invita a la reflexión.
Decir que esta película de terror cumple todos los requisitos sería una blasfemia. Sin embargo, la manera en que Grant logra mantener el material realista a la vez que lo lanza a un terreno exagerado es, sencillamente, divina.
La obra maestra tranquila y discreta del año. Esta película iraní sobre una familia en un misterioso viaje por carretera es divertida, trágica, conmovedora y una ópera prima casi perfecta.
No se trata tanto de una película como de un evento decisivo para la franquicia, donde se extinguen los últimos vestigios de buena voluntad e interés en este singular universo.
La secuela de la exitosa película animada de Disney introduce la cultura del Pacífico Sur a un amplio público, respetando el guion y brindando a los seguidores justo lo que anhelan.
Las limitaciones de la historia parecen ser innovadoras y amplias. Sin embargo, en la pantalla, la película simplifica la idea de múltiples perspectivas a un simple recurso poco efectivo.
Para una película que constantemente insta a su protagonista a discernir entre los sueños y los delirios, sería ideal que siguiera su propio consejo en el momento adecuado.