Andy DeEmmony dirige una película que parece estar en piloto automático, sin un enfoque claro sobre quiénes son los personajes o cuál es la verdadera trama.
Los placeres que ofrece el film son muchos y se asemejan a una velada en un bar con amigos, donde la conversación fluye de manera natural entre lo mundano, lo fascinante, lo hilarante y lo melancólico.
Un extraordinario debut en el largometraje (...) el método de Hertzfeldt le convierte en uno de los más fascinantes y disfrutables directores americanos contemporáneos.
Es una obra fantásticamente elaborada de fragmentos de animación sazonados con momentos de humor seco y un final desgarrador que le da a la película su mensaje.
Ocasionalmente lastrada por ardides y una cruda lógica interna que no soporta un escrutinio de cerca, funciona mejor como un thriller de género enervante y de clase obrera
Las localizaciones son excelentes y Lamberto Maggiorani ofrece una actuación notable. Sin embargo, el enfoque desenfadado en las metáforas resta profundidad a los detalles, resultando en una observación más superficial.
La conexión entre las dos narrativas es enigmática. A pesar de ser su ópera prima, demuestra una gran confianza, audacia y una propuesta conceptual realmente ambiciosa.
Es la obra maestra de Lubitsch, una combinación impecable de su distintivo estilo de grabación, con ocurrencias magistralmente estructuradas y un realismo revitalizante.