Aunque la trama logra captar tu atención, no resulta tan ingeniosa como se sugiere. La tensión se desperdicia con un desenlace poco satisfactorio que parece dirigido a un público que busca explicaciones simples.
Vincent Cassel se destaca en su papel, presentando a un Joseph que, con una sonrisa constante y un aire descuidado, resulta excepcionalmente perturbador.