El megalómano de dientes apretados y muecas de Douglas representa uno de sus papeles más destacados, y el guion de cotilleo se despliega de manera brillante, enriquecido por la melodramática exuberancia de Minnelli.
Un par de excelentes interpretaciones de las protagonistas femeninas hacen que sea una fascinante precursora de los dramas psicológicos femeninos posteriores.
En una de sus más destacadas actuaciones, Cushing captura la complejidad del personaje principal, transformando al Barón en un mártir al estilo de Wilde, oscilando entre la noble resistencia y una fría crueldad.
Es sin duda la mejor adaptación cinematográfica de esta historia navideña. Alastair Sim, siempre tan versátil, ofrece una actuación impecable. No dejen de verla.
Esta película carece de fuerza, con aldeanos estereotipados y nazis exagerados que no despiertan interés. Su argumento no ofrece valor ni dramático ni propagandístico.
Spacey se destaca en este film que invita a ser visto repetidamente. Se trata de una excelente ficción pulp al estilo clásico, narrada con la destreza característica de los años 90.
Poco sofisticada en el buen sentido, pero traicionando sus influencias, esta descarnada pieza policíaca es para los verdaderos fans del realismo italiano.
La obra maestra de Jean Eustache representa el epílogo de la Nouvelle Vague. Es un retrato meticulosamente observado de un momento y sus actitudes, logrando ser tanto cautivador como polémico.
Fascinante y defectuosa. No logra capturar el morbo necesario para ser una sátira al estilo de Buñuel y resulta demasiado majestuosa y seria para encajar en el ámbito del cine comercial.