De manera honesta, la obra se siente bastante estándar y carece de originalidad. Aunque Attenborough y Rockström parecen tener buenas intenciones, repiten información y no aportan nada nuevo.
Sin contar con su concepto único, su cercanía o sus personajes, hermosos e imperfectos, es simplemente una carta de amor a la vida que disfrutará cualquiera familia moderna.