La 'Speed' de 1994, protagonizada por Bullock y Keanu Reeves, ofrecía un viaje lleno de adrenalina. Aunque no se puede calificar como una obra maestra, es innegable que proporciona entretenimiento a su manera.
Los clichés se apilan en exceso. Bay debe ser reconocido por sus constantes primeros planos, un montaje que resulta agobiante y la repetición de convenciones aburridas.
Bridges, un talentoso actor, se siente desorientado cuando su papel demanda emociones profundas. En contraste, Jones, fiel a su estilo, eleva a su villano a un nivel de gran entretenimiento. La trama presenta desafíos bien diseñados, acompañados de un intrigante suspenso.
Un desastre de drama, sólo salvado por los asaltantes alados. Sabes que una película tiene un problema cuando estás deseando que sea la humanidad quien pierda.
Sea de lo que sea que trate, está hecha a medida para su público: es para aquellos que fantasean sobre tórridas tardes en habitaciones de hoteles europeos.
Tiene algo atractivo, especialmente para quienes disfrutan de lo que se podría llamar 'tan mala que es buena'. Ofrece una mezcla de entretenimiento absoluto y una curiosidad casi voyeur.